Blancanieves

País: España

Duración: 1 hr 43 mins

Año: 2012

Director: Pablo Berger

Guión: Pablo Berger

Reparto: Macarena García, Maribel Verdú, Daniel Giménez Cacho, Sofía Oria, Ángela Molina, Inma Cuesta, Sergio Dorado, Ramón Barea, Pere Ponce, Josep Maria Bou, Oriol Vila

Género: Drama.

Web oficial:   http://www.blancanieves.es/

Mi puntuación:    9 / 10
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Teaser trailer:

En febrero (el domingo 17) también se entregan los premios más prestigiosos de nuestro país, los Goya (aquí está la lista de candidatas por si queréis repasarla). La que más nominaciones acumula (18 nada menos) es esta brillante película de Pablo Berger que, al ser muda y en blanco y negro como la magnífica y exitosa cinta francesa The artist, sufrió (incluso antes de estrenarse) numerosas comparaciones con aquella, llegando a ser tachada de oportunista entre otros muchos calificativos peores (algo «tipical spanish» esto de criticar nuestras cosas buenas). El propio director tuvo que salir a desmentir las acusaciones, afirmando que era un proyecto que se llevaba gestando desde 2005 pero que no pudo ver antes la luz por falta de financiación.

Ambientada en la España de los años 20, la historia comienza el día en el que el torero Antonio Villalta (Daniel Giménez Cacho) sufre una grave cogida que le dejará postrado en una silla de ruedas. Muy poco después, su mujer Carmen de Triana (Inma Cuesta) muere al dar a luz a Carmencita, situación que aprovechará la malvada enfermera Encarna (Maribel Verdú) para ganarse el afecto de Antonio, casarse con él y quedarse con su fortuna. Por su parte, Carmencita queda al cuidado de su abuela materna (Ángela Molina) hasta que esta fallece, momento en el cual se ve obligada a vivir (y sufrir) con su madrastra y su padre.

El bilbaíno Pablo Berger no solo se encarga de la dirección, también se ocupa del guión y adapta libremente el famoso cuento de los hermanos Grimm componiendo un relato original, trágico, emocionante y emotivo, con toques de humor y sarcasmo e incluso algún que otro tinte de terror «gótico». Todo ello se entremezcla con gran habilidad, haciendo que la película resulte entretenidísima, ágil y con un ritmo espectacular, y consiguiendo mantener al espectador enganchado desde el primer hasta el último minuto.

Eso sí, tras una apasionante primera hora, la cinta pierde algo de profundidad con la aparición de los enanos. En ese momento se vuelve un tanto ligera aunque aun así sigue siendo muy disfrutable (y el punto de «convertir» a los famosos enanos del cuento en enanitos toreros me parece genial). Pero pasados esos minutos menos relevantes la película vuelve a elevarse hasta desembocar en un deslumbrante final, sombrío y poético.

Visualmente es una maravilla, y la fotografía en blanco y negro es todo un acierto ya que le da un aspecto aún más lúgubre y tenebroso a la fábula que estamos viendo. La recreación de esa España castiza, flamenca, también es soberbia.

Puede que los personajes resulten estereotipados, los malos son muy malos y los buenos son muy buenos, pero no hay que olvidar que se trata de un cuento y no  de personas reales, por lo tanto no debería molestarnos en absoluto. Por otra parte, todo lo que rodea al mundo del toreo es algo que no me gusta nada en la «vida real», pero hay que reconocer que en la película aporta grandes dosis de tensión y emoción. Los defensores más «ultras» de los derechos de los animales también pueden estar tranquilos en este aspecto, ya que en la película no muere ningún toro, al menos que se vea.

El trabajo de los actores es fantástico. Es cierto que al no tener diálogos se basan en gesticulaciones que pueden ser algo exageradas en ocasiones, pero esto es algo que siempre sucede(rá) en cualquier película muda. Destacan principalmente las actuaciones de la niña Sofía Oria y sobre todo la de la joven Macarena García (qué mirada tiene y qué fuerza destila en algunas escenas), ambas en el papel de Carmencita. También Maribel Verdú (en mi opinión una de las mejores y más infravaloradas actrices españolas de todos los tiempos) borda su papel de dominante malvada, se nota que disfrutó cambiando de registro.

La omnipresente banda sonora de Alfonso Villalonga, con sus apasionados acordes de guitarra, es otro de sus aspectos más destacables ya que logra transmitir muchísimo, aumentando enormemente su intensidad cuando la trama así lo requiere y relajándose en los momentos que exigen cierto reposo. Lo único que puedo que decir en su contra es que el empleo de una canción «flamenca» cantada (o una saeta mejor dicho, en palabras de la propia cantante, Silvia Pérez Cruz) en una película muda me resulta cuanto menos chocante, aunque ese es el único pero que se le puede poner al apartado musical.

Es Blancanieves una de esas escasas películas en las que todo funciona a la perfección: una buena y original historia, a la que se le añaden un gran poderío visual, una música fantástica y unas actuaciones más que acertadas, y todo ensamblado impecablemente bajo la batuta de un mañoso director. Así que lo mejor es reconocerlo, dejarse atrapar por ella y olvidarse de comparaciones que no van a ninguna parte. Si lo hacéis, disfrutaréis de una película a la que el paso del tiempo dará el valor que se merece.

Nos va a traer problemas… ¡y además está en mi cama!